De las diatribas del pensamiento, de la confusión por encontrar el núcleo, el principio, el todo, de donde salen los sentimientos, donde se crea la metamorfosis de lo etéreo y se convierte en expresión. Garrit busca con “El elefante en el salón”, hablar de todos esos temas que quedan relegados a la intimidad, pero que brotan en la sociedad cuando el hastìo es tan grande que ya no se puede seguir escondiendo la mugre bajo la alfombra. 

 

Es un ejercicio de sanación, tanto el hablar como el contemplar, compartir una intimidad que nos corroe y encontrar que no estás solo, que hay más gente que sufre lo mismo que tu sientes. no guardar las bombas de relojería que llevamos dentro nos permite ser más libres, descargar parte del peso de la mochila que todos cargamos. de esta manera podemos avanzar en el descubrimiento de nuevos sentimientos que dejan espacio para la experiencia personal positiva 

 

Pintar como el universo es la motivación, a veces controlable, otras impredecible, complejo o simple, espontáneo o calculado. Parámetros aleatorios que guían la mano del artista que no se contiene, que deja fluirse a si mismo tal y como es en cada momento, diferente al minuto anterior o igual que hace una semana. Fluctuando a través de la persona, sin barreras ni contención alguna, sin prejuicios, sin miedo a expresarse tal y como es en el presente.   

 

Cada una de las obras de esta colección contienen al artista de siempre y al artista que se expresa el día que fabrica la obra, y esto permite a Garrit ser sincero, tanto consigo mismo como con el espectador, sin subterfugios ni algoritmos. La física cuántica asevera que nada es hasta que no es definido, así pues, la obra de Garrit se termina al ser observada por los ojos ajenos del espectador.

 

¿Es la música que inspira el cuadro o viceversa?, el artista lo concibe como un todo, una nota es una pincelada más de la obra y la composición pictórica se funde con la musical a través de tres fases, verso, estribillo y cambio, tres elementos que se posicionan según cada obra, funcionando como un esquema matemático, el 3 es el símbolo de unión, es el engranaje que sustenta todo el contenido, tiene un sentido de unidad y también expresa una totalidad en relación con las tres dimensiones del tiempo: pasado, presente y futuro. En la numerología el número tres tiene una especial vibración, es reflejo del arte y de la creatividad en su máxima expresión. La espontaneidad, el entusiasmo y el optimismo, el poseer de este número cuenta con una energía muy particular, es la extravagancia e indulgencia hecha hombre.

El simbolismo más conocido y venerado del número tres, es la representación de la energía más pura y universal, la “trinidad universal” o “santísima trinidad”. Su significado tiene una gran relevancia en muchas áreas de la cultura y espiritualidad.

El número tres es la base de la “Ley universal del tres”, ejemplos palpables de esta son Consciente, Inconsciente y el Súperconsciente; Mente, Cuerpo y Alma; Nacimiento, Vida y Muerte; Padre, Hijo y Espíritu Santo; Madre, Padre e Hijo; Pasado, Presente y Futuro. Cada componente está en perfecto equilibrio, ninguno destaca por encima del otro.

 

 

    Lourdes Mèlis Gomila 2021